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jueves, 22 de septiembre de 2011

El factor humano y nuestra Presidenta







Bajo el rótulo de “Manzanitas”, el diario página 12 publicó (22/9/2011) estas perlitas pequeñas, que sin ser –en apariencia- informaciones relevantes en lo que al acontecer político se refiere; sí son trascendentes para comprender algunos detalles que hacen al perfil humano de la Presidenta de la República y al papel que viene desempeñando la Argentina en el concierto internacional.
En el primero de los casos (el perfil humano de la Presidenta) es dable preguntarse cuantas veces nos olvidamos de la inmensa carga que lleva sobre sus espaldas Cristina Fernández de Kirchner. Sin lugar a dudas, la mayoría de las veces, pasamos por alto un sinnúmero de factores que al parecer resultan irrelevantes para las consideraciones políticas; y sin embargo, son un fuerte condicionante para quienes, como en este caso, desempeñan el ejercicio de la más alta magistratura. La magnitud del esfuerzo que realiza la presidenta teniendo en cuenta no solo el rol que desempeña, ya de por sí inconmensurable; y la presión emotiva que pesa sobre su conciencia como resultado de rememorar, inexorablemente, la imagen de su ex marido en ámbitos que compartieron en un pasado inmediato, es una situación solo digna de ser soportada por un ser verdaderamente titánico.
Es muy común en estos tiempos hablar de la multiplicidad de factores desencadenantes del stress; todos, en mayor o menor medida, hemos padecido alguna sintomatología vinculada directa o indirectamente con situaciones de esta naturaleza. Sin embargo, y aun habiendo mediado sobre nosotros alguna experiencia personal,resulta prácticamente imposible ponderar el esfuerzo que nuestra Presidenta realiza cotidianamente en el cargo que ocupa. Tal vez si intentásemos, imaginariamente por cierto, ubicarnos en ese lugar podríamos comprender a lo sumo, mínimamente lo que estamos afirmando.
No faltaran, por cierto, aquellos que manifiesten que esa es su función y como tal debe asumirla. Y es lógico que así sea, pero atendiendo a las circunstancias particulares que le tocó afrontar a nuestra presidenta (pérdida de su marido y pérdida de su futuro y anunciado nieto) y observando los resultados de su gestión no queda menos que ponernos de pie y aplaudirla en reconocimiento de su entereza y a su inmensa y destacada labor.
En cuanto al segundo de los casos (el papel que desempeña Argentina en el Concierto de las Naciones) es evidente que nuestro país se ha convertido en una nación respetada y escuchada en todos los foros internacionales. Ya lo hemos manifestado en más de un artículo. Pese a la falacia expresada por los medios opositores al gobierno, que se empeñan en hablar del "aislamiento" que supuestamente padecemos; nuestra nación ocupa hoy un lugar de referencia dentro de la comunidad internacional. 
Lo concreto, es que jamás Argentina estuvo tan reconocida en el plano de las relaciones internacionales como se encuentra actualmente. Y no es mera casualidad que la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, de la primera potencia mundial, a la hora del almuerzo para agasajar a la totalidad de los Jefes de Estado asistentes a la Asamblea de la ONU, se haya ubicado nada menos que junto a la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Pero leamos la nota de Pagina 12 del día de hoy, para corroborar lo que estamos diciendo:

MANZANITAS



Llanto. Colaboradores cercanos marcaban que este viaje era especial para la Presidenta porque identifica a Nueva York con Néstor Kirchner. El de septiembre pasado, para la anterior Asamblea de la ONU, fue el último que hicieron juntos al exterior. Tal vez algo de eso explotó en su interior cuando Cristina Kirchner se subió al auto que la llevó anoche al aeropuerto y rompió en llanto. A la salida del hotel la esperaba un pequeño grupo de argentinos de la agrupación “La 25”, los kirchneristas que viven en el exterior, para saludarla y sacarse fotos. La Presidenta, obviamente, aceptó los halagos. En un momento, Leonardo, un joven de campera roja, la abrazó muy fuerte y se puso a llorar, agradeciéndole “todo lo que está haciendo”. La Presidenta se contagió la emoción. “No llores”, le dijo a él, pero se puso a llorar ella. Se subió al auto con su hija Florencia y se fueron en busca del Tango 01.
- Abbas. Cristina Kirchner terminó su discurso en las Naciones Unidas y siguió el camino habitual al costado del escenario, sitio donde los que terminan de hablar reciben saludos y felicitaciones varias. La Presidenta conversaba con los familiares de las víctimas del atentado a la AMIA cuando se enteró, a través del embajador en la ONU, Jorge Argüello, de que el presidente palestino, Mahmud Abbas, quería conversar con ella. Allí mismo armaron un breve encuentro bilateral en el que Abbas le agradeció el énfasis con el que defendió el reconocimiento al Estado Palestino, una movida que probablemente mañana llegue al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
- Almuerzo. Como es su costumbre, Cristina Kirchner no participó anoche del agasajo en el tradicional hotel Waldorf Astoria que el presidente norteamericano Barack Obama brinda a los jefes de Estado que visitan Nueva York para la Asamblea. Pero así como CFK –y Néstor Kirchner antes– nunca estuvo en esa cita, es una fija para el almuerzo que el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Kimoon, organiza para la jornada inaugural. Obama esta vez no almorzó, pero sí lo hizo su secretaria de Estado, Hillary Clinton, con quien Cristina Kirchner compartió mesa. Junto a ellas se ubicaron el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma; el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, y la presidenta de Finlandia, Tarja Halonen.

Como vemos estas pequeñeces y el proceder de nuestra presidenta encierran toda una verdad. Pues, y como dice aquella hermosa canción del Nano Serrat:
                  "....Cuentale a tu corazón

                        que existe siempre una razón
                        escondida en cada gesto
                        Del derecho y del revés,

                        Uno solo es lo que es y anda siempre con lo puesto....". 

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